Psycho -Joker's tales- ROL

No sabía bien sí la situación le causaba gracia o preocupación, aún se encontraba en el regazo del muñeco del señorito cuando a su lado todo aquello ocurrió. Una pareja de muchachos se reunirieron con un joven alto de larga trenza roja Qué cabello más bonito~-pensó balanceando sus pies arriba y abajo, acariciando al conejo y mirando curiosa a aquel trio.

No esperó lo que sucedió a continuación, sin más encontraron unos tarros que al parecer estaban bastante escondidos pues nadie se fijó en ellos anteriormente. Sin más el mayor de ellos lo lanzó al suelo, queriendo saber qué había en su interior. Se tapó los ojos, protegiendo tanto al muñequito como al Señor Conejo.-Ay dios...-susurró tapandose los ojos y sin más ocurrió una serie de catastroficas desdichas. Los cristales centellearon con brillos distintos.

Tras dar un suspiro, escuchó los apodos de todos, y viendo al señor Conejo sintió pena. Fue a tomar los dos botones que el chico anterior hubo arrebatado violentamente al muñeco varón. Se volvió a colocar encima del muñequito, tomando los dos “ojos” con delicadeza. Los observó, y una idea se le ocurrió. -No te preocupes, yo te sanaré~-canturreó, clavando sus pendientes en el centro de ambos botones para que así se sujetarán y no cayeran ¡anda que… quitarles la luz de la vista! Menudos burros. Le dio un leve beso enla frente, deseando que aquello fuera lo correcto.

Esperé ansiosamente la respuesta de mi compañera. H parecía divertirse al igual que yo con este intercambio y me interesaba lo que fuera a decir a continuación. Ignoré el comentario del sombrero y la combinación pues no me interesaba en lo más mínimo. ¡Lo dije en broma, no tenía nada en el pelo!

—¿Actuar? Vaya, creí que siempre eras así de ocurrente. En cierta forma me ofende que cuestiones la sinceridad de mis últimos actos y palabras, pero allá tu. No obtengo ningún beneficio de esto como para aparentar algo que no soy. Ahora me irás a decir que eres igual de aburrido que ese tipo de ahí que usa sus modales y caballerosidad y de verdad me sentiré decepcionada. —Una vez más sonreí, con el mismo tipo de sonrisa que antes. No, no era una sonrisa divertida, era la sonrisa que mantenía siempre en mi rostro para ser agradable. Aunque tengo que admitir que esta vez sí estaba pintada con un deje de diversión.

Me acerqué a ella y quedé a unos centímetros de distancia, otra vez, mirándola desde arriba, pues la diferencia de alturas era algo notable— Oh, eso no lo fingí, siempre soy así de ocurrente cariño —incliné la cabeza para un lado con una expresión triste— No soy ningún aburrido educado como ese tipo, tampoco he fingido la diversión, no, fue otra cosa —acerqué mis manos a ella y la tomé de la barbilla, haciendo que me mirara fijamente a los ojos. ¡No me importa lo que diga! Esto es divertido~ Fije mi mirada en la suya y sonreí antes de hablarle otra vez— Fingí que me agradabas. —la sonrisa se borró de mi rostro y le quité el gorro de su cabeza, volviendo a ponérmelo en la mía.

Me alejé, una vez más con las manos en los bolsillos. El show había terminado, por ahora. Caminé en dirección contraria de donde se encontraba H y la saludé con la mano, de espaldas, sin mirarla. Nada de esto me interesa.



—Asimismo, "Los débiles tienen un arma: Los errores de los que se creen fuertes". Si es así, pueden llamarme débil, que no me importará. Verás.. Al final, todo se resume en el que tiene más cerebro. Podría pensarse que la brutalidad también es una opción, pero algo realmente inteligente sabe manejarse, o eso pienso yo. La fortaleza se encuentra distribuida de formas diferentes. Ya veremos como esto hace efecto en el futuro, ¿No crees?

Siempre me creí una persona débil por mi estado físico, mi edad, y mi contextura. ¿Quién no me consideraría alguien débil? Era más que notable que cualquier persona podía lastimarme en un santiamén, y eso me hacia ser, claramente, alguien débil. Pero mi fuerza residía exactamente en eso. En ser débil. En no permitir que los demás me lastimaran. Había entrenado tanto tiempo mi mente que, a mi corta edad, solía superar a personas adultas, y más. Sí, quizá mi cuerpo era frágil, pero tenía la inteligencia para hacer que es no fuera un completo problema en mi vida. Fui fuerte cuando decidí entrenar mi mente, para equiparar la carencia de fuerza física.

—Y saber utilizar los errores de los fuertes como arma, proviene de la sabiduría —mi vista estaba clavada en el fondo negro que rodeaba el escenario en el que estábamos— supongo que nuestros pensamientos están encadenados.

W dijo que me quedara con el pañuelo, por lo que asentí y me lo guardé en un bolsillo. En este lugar sin recursos, aunque sea un simple pañuelo podría ser necesario en cualquier momento, por lo que no dudé en aceptarlo.

—En ningún momento fue mi objetivo hacer que sintieras que mi trato hacia tí equivalía al de una niña. Si el hecho de cargarte contribuyó a eso, tampoco fue mi intención. Como te dije, pensaba en ayudarte. —Oh y ahí estaba de nuevo, tenía que socializar. ¡Maldita sea! Nunca había hablado tanto con otra persona extraña. Lo miré haciendo un gesto con la mano— No, no me refería a eso. Si no me hubieras cargado ahora no estaría contando el cuento —mis ojos seguían igual de inexpresivos que siempre, pero continué hablando— Sólo que la gente me habla suave y con las mismas palabras que a una niña, y no quiero que tú lo hagas cuando llegue el momento. Quería aclararlo.

offrol: